Rodeado de familiares, amigos y vecinos del pueblo ha presentado en Pedrajas su nueva novela, La confesión del embajador, el joven escritor Juan Martín Salamanca. El acto ha tenido lugar en la Sala Cultural y de Exposiciones de la calle del Pinar, en una mañana muy fría que los rayos del sol han ido templando poco a poco, una vez levantada la niebla que nos acompañó en la jornada del sábado.
Las primeras palabras han sido del alcalde de nuestra villa, Sergio Ledo, que ha felicitado al escritor por su nuevo trabajo, en nombre de todo el pueblo. Seguidamente ha tomado la palabra Cecilio Vadillo para tratar con cierta profundidad de la obra, de sus personajes y motivaciones psicológicas, aunque sin desvelar su argumento, ya que la mayor parte del público aún no la había tenido en sus manos.
El último turno en la palabra ha correspondido al propio autor, que ha explicado a los asistentes cómo fue creando la trama de la novela, cuya idea inicial surgió durante su estancia en Turín gracias al programa de becas Erasmus; una trama en la que fue combinando hechos reales con hechos imaginarios, según explica al final de la obra para que los lectores sepan a qué atenerse en este sentido.
La confesión del embajador está dedicada al programa de becas Erasmus, “por primar los valores supra académicos y el enriquecimiento personal sobre los simples conceptos” y a su abuelo paterno Alejandro Martín González, el Carretero, presente en el acto, con sus 94 años de vida, “para que pueda seguir presumiendo de nieto escritor durante muchos libros más”. El tercer libro ya está escrito, aunque Juan no ha desvelado todavía su título, ni otras circunstancias. Finalizado el acto de la presentación, el autor se ha dedicado un buen rato a dedicar y firmar ejemplares a los asistentes.
Cuatro Alejandros, cuatro generaciones
A la derecha, el señor Alejandro Martín González, abuelo del autor
En el centro, su hijo Alejandro Martín Sastre
A la izquierda, Alejandro Martín Gimeno, hijo del anterior
El niño, Alejandro Martín González, bisnieto del primero, por su hijo Mariano
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