martes, 24 de mayo de 2016

REGRESO DE LA VIRGEN A SU ERMITA

En lo religioso, el pasado fin de semana se caracterizó por dos acontecimientos importantes. El sábado, a la una del mediodía, 30 niños y niñas de nuestro pueblo recibieron la primera comunión. Como suele suceder, la iglesia se quedó pequeña para acoger a los niños y a sus familiares más próximos. En el exterior, a la sombra, muchas personas contemplando su llegada. En la madrugada, los quintos habían colocado la tradicional enramada a la puerta del templo, con ramas de chopo y cuentas de naranjas.




El domingo, por la tarde, después de una misa que había comenzado a las siete, Nuestra Señora de Sacedón era conducida de nuevo a su ermita, una vez concluida la novena en su honor. Al pasar la imagen por debajo de la enramada, se enganchó la corona en unas alambres finitas que habían servido para poner las naranjas. Menos mal que se dieron cuenta a tiempo y se pudo liberar la corona sin daño alguno, valiéndose del bastón de uno de los presentes.





Igual que en años anteriores, la procesión se dirigió en primer lugar hacia la Residencia “Hogar Betania”, deteniéndose a la puerta, para que sus moradores se despidieran de la Virgen. Allí mismo, en la calle, una de las residentes, la señora Justina, natural de Alcazarén, volvió a recitar de memoria un poema de su creación dedicado a nuestra Patrona. La señora Balbina, con sus 101 años, lanzó un par de vivas a la Virgen, antes de reanudarse la marcha.







Por la calle de Santa Ana la procesión llegó a la carretera de Olmedo, frente a la Resinera, donde se colocó la imagen en la caja de un camión del Ayuntamiento. Con el canto de la Salve y nuevos vivas a la Virgen y al Niño, se dio por concluido el acto de despedida.






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